domingo, 14 de marzo de 2010

Poner piña hasta en la sopa



Por Adriana Bruno- Escritor, director de una revista, conductor de programas en televisión abierta, en radio y hasta consultor de una prestigiosa señal de cable donde, además, presenta varios especiales, el profesor Felipe Pigna es, sin duda, el divulgador de la Historia más mediático de estos años. Sobre todo teniendo en cuenta que todas las actividades antes mencionadas las desarrolla al mismo tiempo.


Su más reciente trabajo en la televisión es el programa de Canal 7 ¿Qué fue de tu vida? (viernes a las 23.30), donde Pigna se dedica a entrevistar a distintos personajes. Según la promoción del ciclo, el mismo tiene por objeto "conocer los aspectos más destacados de la vida de personalidades del país y del exterior, con reconocida trayectoria en el ámbito cultural y político".


El entrevistado del último viernes fue Mario Pergolini.


Ahora bien, sin que esto signifique cuestionar las capacidades de Pigna en su materia de conocimiento específica (lo que daría para un amplio debate, ¿por qué no?), ni sus virtudes para la entrevista, la pregunta cae de madura: ¿Es necesario un historiador para preguntarle sobre su vida a Pergolini? ¿No sería esa la tarea de un periodista?


Si hace un tiempo el gremio de los actores reclamaba a la televisión por la falta de ficción con el lema "somos actores, queremos actuar", el de los periodistas bien podría hacerlo suyo en tiempos en que el trabajo, precisamente, no sobra, con un "Somos periodistas, queremos preguntar".


Aunque los medios se hayan enamorado de Pigna, y viceversa.

2 comentarios:

Marisol Parnofiello dijo...

Libertella escribió hace unos años: "Con los codos apoyados en la barra de metal, los parroquianos del ghetto miran con mirada boba el único árbol de la plaza, sin imaginar siquiera que el bar donde se encuentran proviene, casualmente, de “barra”.
En sus ojos no se refleja un árbol tal como lo pensamos, sino apenas un tronco con ramas y hojas; algo que sólo dice: acá estoy (estoy acá).
Mientras beben, miran. Y mientras miran no saben que esa figura les determina un punto de vista -los va distribuyendo silenciosamente en sus butacas".

¿Y el descentramiento, Piglia?

Un beso a las Adrianas :)

Marisol.

Marisol Parnofiello dijo...

Fe de errata: Pigna ;)